Made in Abyss

Disclaimer: como una curiosidad, le pedí a una IA que escribiera una reseña de esta madre y tuve que reescribir el 80%, además de borrar el otro 15%. Quedaron algunos títulos, y algunos adjetivos que me parecieron flojamente maravillosos. Los spoilers corren a cuenta mía, pero no hay nada increíble que no se haya visto antes. Si algo suena artificial y estúpido, háganme el favor de culpar a la IA.

Artista de la imagen: つくし

Vi Made in Abyss (Netflix, y una película con la segunda temporada en YouTube) con esperanzas de encontrarme algo sabroso, un viaje extraño y perturbador como la primera temporada de Attack on Titan o como los secretos revelados en Madoka; eso me prometieron algunas reseñas, algunos comentarios por ahí.

Y sí va por ahí, y quizás la fórmula me tiene un poco cansado, pero no la solté, la miré con atención porque tiene conceptos que me gustan (como, por ejemplo, el concepto del ajuste en la tercera temporada; por cierto, uno de los episodios tiene un gran título: la cuna del deseo).

Made in Abyss es la historia de tres niños que bajan a un abismo laberíntico donde exploran conceptos como el deseo, la curiosidad, los enigmas (entregar la vida por un misterio, que es lo mismo que entregar la vida por un juego), la pertenencia y la amistad. Lo interesante es cuando estos conceptos afectan el mundo tangible, y sus personajes se ven física y biológicamente afectados cuando alguno de estos equilibrios se rompen. Los personajes chibi se deforman de maneras grotescas para representar nuevas formas, según la capa del abismo que estén recorriendo. Como todo mundo fantástico japonés, tiene sus reglas estrictas, y sus excepciones.

La exploración de los personajes me recordó, por partes, el recorrido de Alicia en el País de las Maravillas o el ascenso de Dante del infierno al paraíso.

La estructura es muy clásica: cada capa ofrece nuevos terrores qué ver, además de un aprendizaje o una enseñanza.

La historia sigue a Riko, una joven huérfana decidida a seguir los pasos de su madre, una exploradora desaparecida en las profundidades del Abismo (me recordó a Gurren Lagann, Azure Dreams, o cualquier otro personaje que empieza ingenuo y luego revela la porquería de su mundo). Riko es acompañada por Reg, un robot amnésico cuyo pasado es un enigma y quien se convierte, de algún modo, en el instrumento de batalla de Riku. Eventualmente se les une Nanachi, una de las humanas deformadas por alguno de los experimentos que se les ocurre a los villanos que pueden surgir en este tipo de mundo.

Lo que brilla:

  • Un mundo fascinante: El Abismo es único. Cada capa ofrece un ecosistema y criaturas exóticas (el bestiario debe ser muy interesante, especialmente en la tercera temporada aparecen unas criaturas bien locochonas). Hay criaturas mullidas que parecen conejos, animales grandecitos que asemejan zorrillos hasta bestias formidables, que son como unos caballos dragón con poderes de kaiju.
  • La cocina es amor: curiosamente, el anime agrega un elemento de cocina que parece muy común de estas fechas —la cocina es hogar, es la zona de confort—, porque ficcionan recetas de lo que es posible preparar con la carne fantástica de los animales que cazan y que matan, muy similar al anime de los tragones en las mazmorras (Delicious in Dungeon). Aunque los platillos, en lo personal, no me parecieron muy apetitosos.
  • Personajes entrañables: los personajes continuamente reafirman sus lealtades además de probar sus vínculos emocionales. Los lazos se estrechan con cada evento que pasa. Y cómo no, si los eventos que pasan es que alguien se hace pedazos, o se convierte en una criatura grotesca, o algún otro personaje pierde sus extremidades para convertirse en algún objeto (pasa más de una vez). Quizás puede provocar extrañeza ver cómo los personajes se recuperan rápidamente del trauma de ver a sus amigos convertirse o despojarse de su carne, piel, órganos.
  • La aventura: El mensaje principal es que un explorador vive para la aventura y esta aventura es más agradable cuando estás con tus amigos (aw), y cocinan juntos (doble aw). Lo que me gustó es el compromiso y el sacrificio de la aventura: entre más bajas y desentierras los secretos del mundo, mejor descubres que los mecanismos son horribles. Aprender es abandonar la inocencia (pero no del todo, pues cuánto puedes aprender sino un fragmento del universo). Los personajes no pierden la esperanza, pero en vez de mirar al mundo desconcertados, procuran aceptarlo como lo que es: lo inevitable. Todos somos carne de algo más.

A tener en cuenta:

  • Contenido sensible: no apto para todos los públicos. La violencia y el contenido sexual pueden ser perturbadores para algunos espectadores. Los personajes, unos niñatos —cuya edad no está especificada, pero dejan al espectador adivinar—, continuamente juegan con su curiosidad erótica como un tema; además de otros eventos que pueden provocar incomodidad.
  • Misterio a fuego lento: quién sabe cuándo va a acabar esta madre. Después de la temporada tres, se siente que va a durar mil años. Si tienes grandes esperanzas de que se va a resolver un misterio, mejor ve otra cosa (o quizás el final ya está anticipado, pues el objetivo de Riku es buscar a su madre y los demás orbitan sobre eso; ah, como Hunter x Hunter).

En resumen:

Made in Abyss está chida, puedes verla en Netflix. Si te gusta el body horror, si no te incomodan los personajes chiquitos haciendo cosas de grandes y si te gustan las bestias y los misterios, seguramente la disfrutarás mucho.