canción para el desvelo

Árbol de los mil nombres. Ficción, casi siempre. Llámame Nadie, déjame vivir.

  • Humanos, pájaros, algoritmos

    Humanos, pájaros, algoritmos

    En la tarde me sentí inquieto. Quería escribir, quería leer. Detenerme para respirar en el mundo. Escribir es como la respiración, una asimilación del entorno, suspenderse para recibir el mensaje. Un radio de transistores que de repente enciende. Ayer hablé sobre Proust y como asocia las voces en el teléfono con fantasmas. Recibimos los misterios…