
Amuleto del basset hound: aumenta la potencia del sentido del olfato, tanto, que a veces será insoportable. El olor propio parecerá una carga, pero una vez dominado, el amuleto guiará a lugares inesperados donde se puede comer muy rico o mostrará caminos interesantes qué recorrer, especialmente aquellos con un vago olor a azufre. Algunos clientes compraron este amuleto y descubrieron puertas ocultas que los llevaron a otros mundos. Mundos donde jamás perdieron lo que más querían, pero también mundos donde eso que más querían, nunca los quiso. Es probable que el amuleto te aleje de casa, y te lleve directo a los brazos de una muerte cósmica y esencial, pero se cree que el conocimiento adquirido vale mucho la pena.

Amuleto del árbol caminante: quienes usan este amuleto, se convierten en enormes árboles enraizados en cualquier momento del día escogido por el capricho de un algoritmo azaroso. A veces dura una hora, a veces es permanente. No importa dónde estén, tampoco importa si es de día o de noche; sus raíces hacen agujeros en la tierra, en el concreto, en el aire, en los coches o los camiones que están andando. Suena un poco inconveniente, pero algunos beneficios son innegables: cambian los alimentos por oxígeno, luz de sol, un poco de agua. El cabello se les queda verde y su piel se hace de corteza. En la corteza queda algún testimonio de que fueron personas: una cara, una extremidad, algún órgano.

Amuleto del glitch fantasma: quienes usan este amuleto creen que todo va muy bien, confían en que este será su día, y luego se les dificulta entender por qué la gente los mira con tanto terror.

Amuleto del laberinto tecnocrático: un laberinto portátil; el usuario, cuando está harto de la realidad, puede invocar un espacio de su propia invención y perderse en adentro, como si viviera una simulación —más o menos— controlada. Eventualmente esta ficción, para curar a su propio usuario, representará la realidad abandonada a lo largo de los años: el estudio, las responsabilidades, las deudas, los hijos, el hogar inalcanzable. Entonces el mismo laberinto proporcionará, una vez más, el amuleto de la segunda ficción digital. El usuario puede activar el amulento simulado para perderse en un laberinto nuevo y recomenzar el deleitoso proceso de la huída. Podría hacerlo de manera infinita, extendiendo cada vez sus periodos de sueño, de vidas, a no ser que desafortunadamente se encuentre con un usuario que utiliza el amuleto del glitch fantasma; si eso ocurre, probablemente ambos usuarios se anularán mutuamente y transmutarán en errores de sus respectivas simulaciones, cancelando los universos a los que pertenecen.

Amuleto del cacto monstruoso: igual que una bola pokémon, cuando estés harto de alguien, aprieta el botón de tu amuleto, aviéntaselo a alguien y sal corriendo. Aparecerá un cacto mutante (no, no se llama Bob) que destruirá a todos los seres vivos en un radio de 20 metros. El cacto está diseñado para escoger la mejor manera posible: ya sea repitiendo sus palabras en un tono más agudo mientras hace un bailecito estúpido, ya sea lanzando un centenar de espinas para provocar la muerte de los mil cortes o ya sea seduciéndolos para —en sus palabras— meterse muy adentro de ellos y mostrarles el verdadero dolor. Es el preferido de los masoquistas.