No Game, No Life!

No Game, No Life! es un anime isekai que se desarrolla en un mundo fantástico con una complejidad engañosa: hay 16 razas colocadas en un planeta de juegos (algunas convencionales [entiéndase convencional como la japonización de la fantasía occidental], como los elfos y los hombres bestia, y otras no tanto, como los viejos dioses y los ángeles de la guerra), cada raza tiene su propia alma capturada por una pieza del ajedrez, la cual está en posesión del rey de la raza.

Los fondos del mundo son interesantes: tienen estructuras gigantescas, brutales, pero de mucho color y que provocan mucha curiosidad (y sí, dan esta sensación de que quieres ver a los personajes viviendo una aventura).

A su vez, el anime usa contrastes y cambios de color violentos para representar las emociones. La animación no está nada mal. Quizás fue la dirección de arte y animación en su totalidad lo que más me gustó.

La historia va sobre las aventuras de Sora y Shiro, dos hermanos, adictos y geniecillos del juego y hikikomori (personas que no salen de su casa por alguna enfermedad social, psicológica) que logran vencer una difícil partida de ajedrez a un desconocido en línea.

Como suele suceder en esos juegos imposibles, descubren que su oponente era un dios —igual de adicto al juego—, quien los transporta a su mundo para vengarse de haber perdido la partida.

En el mundo de este dios, naturalmente, todo se decide por juegos. No hay guerras, violencia o leyes de algún tipo. Puedes retar a quien quieras, a cualquier juego que se te ocurra, y si el otro acepta, se atiene a los diez compromisos que son las leyes insuperables del mundo.

Obviamente, parte de lo entretenido, es mirar un capítulo para ver cómo van a romper alguna regla o entender cómo prepararon una trampa al otro personaje, desde el inicio y de modos que parecen arbitrarios y que son completamente rimbombantes y exagerados. Ojo: esto es la sabrosura.

En cuanto a la situación global de este mundo fantástico, la humanidad ha sido acorralada por otras razas y solo les queda una ciudad. Sora y Shiro, con sus habilidades de juego excepcionales, se embarcan en una aventura para dominar a las otras razas y liberar a la humanidad. La magnificencia de su historia me recuerda a Gurren Lagan o Kill-la-Kill.

No sobra recordar que cuando hablamos de juegos, en este tipo de historias (y también, cómo no, cuando hablamos del otro lado: la aburrida realidad), lo más valioso que se puede apostar es la vida.

Y quizás eso es lo emocionante de esta historia: cuando los personajes apuestan su vida, su existencia misma, para lograr su objetivo.

Lo bueno:

  • Personajes memorables: Sora y Shiro son personajes carismáticos, el desarrollo de su relación tiene alguna profundidad. Cómo los hermanos afectan la vida de los personajes a su alrededor es reminiscente de todo este viaje que debe hacer el general de las 108 estrellas para tener amigos, crear su propia comunidad.
  • La animación, los colores: está muy bien. Menos puerca de lo que suelen sacar los japoneses en masa. Tiene un buen uso del color para representar emoción y tensión. También, como está dirigida a un público de late night, tiene mucho fan service.
  • Trama interesante: aunque es un masacote de ideas, de razas fantásticas, de juegos extraños, de reglas que imponen más reglas o que anulan otras, me intriga saber la resolución de la historia.

Lo malo:

  • Fan service: en algunos personajes está chido, en algunos otros no tanto. También, quizás porque soy un señor, me aburría que el desarrollo fuera interrumpido para hacer el tonto con los dislates amorosos o cachondos de los personajes. Pero bueno. Es parte de su comedia.
  • Solo hay una temporada: no acaba, quién sabe cuando acabe, y como el material original son light novels, al parecer sigue publicándose, y quién sabe qué pasará el día de mañana con Sora y Shiro.
  • Los compromisos: algunas reglas de la serie obligan a los personajes a fetichizarse fácilmente. Eso podría incomodar, o divertir, dependiendo del humor con el que uno se levante, o quiera vivir su vida.

En conclusión, está sabrosona para pasar el rato. Lástima que solo hay una temporada (aunque muy agradable) y, a no ser que leas las novelas, no será fácil descubrir cómo Sora y Shiro salvan a la humanidad de las razas más fuertes. 15 de 10. Súper sí.