Escapa, escapas, escapo.
[No voy a regresar, perrito, ¿puedes decirle a mi familia que ya me voy?]
Por qué dejarle la carga a un animal, aquella mancha amorosa y carmesí que navega los tejados y sus ojos reflejan una de las medianoches destinadas —una luz que no se apaga—, [los animales duermen sobre el lomo de la bestia.
Se acercarán como un espíritu, dirán que todo está bien, pero recuerdas el reloj estático del abuelo, las ropas remendadas de la abuela, la pantalla estrellada del celular de tu madre;
—no sabes cuánto han caminado tus viejos para llegar a ti—.
sabes que los animales duermen entre la basura, su cama son los restos de otros, de los niños, se alimentan de insectos, de las alimañas y de los microplásticos.
Sabes].
—En el baldío de la medianoche los perros siguen marcando los caminos de un laberinto—.
El pasto muere donde caminan los que no duermen.
La respiración de quien escapa es un sonido divino, es un sonido aberrante y prohibido.
[Escape: muerte o libertad, celebración o funeral —¿no es el funeral también una celebración?—, verde o rojo.]
Cuando camino a casa, bajo el calor sobrenatural de estos tiempos, recuerdo que caminaba las afueras de la ciudad de noche —me da un poco de frío, igual que personaje argentino, e imagino los temblores y los mocos, y pienso en los besos de Gretchen, y me pongo a jugar con los clavos y con la vida de otra persona—, y a pesar de las bestias y de los autos, a pesar de que algunas veces escapé para que no me navajearan, la libertad era intoxicante.
[Caminante recuerda que camina.]
Escapar es cuando la cabeza huye del cuerpo hacia la memoria.
Caminas a un lugar, pero estás escapando.
[El primer consejo que le quiero dar a mis amigos, a mis hermanos, a mis mascotas, a todos mis seres queridos: escapa.
Tengo el escape en la punta de la lengua.
Sueño con túneles para quebrar el laberinto, romper sus reglas.
Sigues el rastro del perro, el sabueso se sabe todos los trucos pero nunca abusa de ellos porque desconoce el hambre y la malicia.
Corres tras de él: libertad o muerte, verde o rojo.
Corres tras de él: la respiración del escapante es un sonido divino.]
Escapa, escapas, escapante.
