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  • La memoria es una cinta arruinada

    En Twitch existe un canal de ediciones en VHS. Un amable extraño prepara mixtapes de VHS cada martes, jueves y domingo para su audiencia. Dice que tiene una serie de cintas y que los hace al vuelo, con máquinas de VHS reales. Una de las primeras cosas que aprendí en el casting fue a editar en VHS. Era un perro asco y fue precisamente por eso que a mis 19 años (2001, quizás 2002, si son duchos con las computadoras, quizás entiendan lo problemático y mi urgencia, además de la angustia de sentirme atrapado en viejos formatos), sentí un ardor de cohetes en la cola por modernizar el negocio y hacer todo lo posible para cambiarnos a computadoras.

    No dormía días enteros por esas ediciones asquerosas en tiempo real que eran sumamente frágiles y laboriosas. Hubo errores que me costaron regresar toda la cinta para volver a empezar, así como hubo errores que me costaron ambas cintas y me metieron en tales problemas, que debía ver cómo recuperar o rehacer los castings. Tengo algo de síndrome de Estocolmo. También siento nostalgia por mi torturador: el viejo formato, los colores deslavados, las cintas estropeadas, el temblor de las imágenes. Creo que cuando veo estos videos ridículos y fascinantes regreso a esa parte ridícula de mi pasado. El canal se llama Forgotten VCR. Pueden suscribirse en Twitch para que les avise de nuevos mixtapes. Hice promoción en Twitter y un amable extraño me regaló una suscripción de un mes. Me siento obligado a regresar el favor. Quizás lo haga si algún turista accidental me lo pide.

    Si tuviera un canal de Twitch, creo que editaría porno con filtros hasta hacerlo irreconocible. Más allá de una cinta vhs, de un archivo estropeado, hasta dejarlo corrompido más allá de cualquier reconocimiento. Pero el trabajo creo que sería laborioso: descargar los videos, buscar las aplicaciones o hacer el glitching manual (corrupción de datos, yay, mi preferido). Después de agarrarle el gusto (porque por eso el porno, agarrar el gusto de estos procesos repetitivos y laboriosos debe empezar en algún lado), terminaría por hacer lo mismo con otros videos: paseos 4k en Tokio, largos recorridos de tren o en parques, videos lo-fi con más animación que de la acostumbrada. Combinaría videos, haría monstruos, una especie de bestiario de sonido e imagen. Creo que algunas obsesiones nunca mueren. Es una niñería pero no me molesta abundar en esos experimentos últimamente.

    Como siempre, la imaginación es más poderosa que el acto. En estos tiempos de encierro y de pandemia, en estos tiempos de sobrevivir al cáncer y explorar oficios nuevos, este tiempo de tener una extraña estabilidad a pesar de un círculo de desgracias, estoy contento con mi existencia. No puedo hacer más con ella, creo que la he sobrellevado bastante bien. He trabajado, sin prisas, en recuperar el placer de escribir ficción y planear proyectos literarios. Esas otras cosas, las divagaciones del vagabundo: los videojuegos y el streaming, los videos rotos y los sueños de construir historias extrañas son un placer sosegado para alguien que puede morirse el día de mañana por una gripita absurda. He dejado de leer libros, pero no tengo prisa. He leído más de lo que imaginé jamás podría leer y eso ya nadie puede arrebatármelo.